la truculenta historia de como llegué a ser guionista
mi carrera como guionista empezó en un pequeño pueblo de soria. por aquel entonces, en la segunda mitad del siglo XIX, me llamaban el "chupacabras", apodo injusto porque nunca llegué a chupar a lucera, ni siquiera un beso le di. bueno, quizás un beso sí, pero en la mejilla y a modo de saludo, nada más. un día apareció un productor de la capital en busca de un guionista sin experiencia y, a poder ser, que estuviera acusado injustamente de zoofilia. así fue como conseguí el trabajo. eso sí, antes de partir hacia mi futuro, le reventé el culo a todo el ganado caprino de la provincia. la afición de hacer fotos ya me vino más tarde.
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